Conservar el café: ¿tarro hermético o termo?

No podemos negar de ninguna manera que el café recién hecho es siempre la mejor elección, pero no siempre tenemos tiempo para prepararlo todas las mañanas. Es por lo tanto muy importante preguntarse cómo conservar el café una vez hecho.

Si quieres almacenar café hecho sin que pierda sus propiedades, lo mejor es que uses un tarro hermético o un termo para conservarlo. Sin embargo, si quieres conservarlo durante mucho tiempo, incluso semanas, lo mejor es congelarlo usando un molde para cubitos de hielo.

Si bien la elección del recipiente de almacenamiento dependerá del tiempo que tardes en beberte tu café soluble, un termo es una ventaja comparativa en la conservación del café, una vez hecho, frente a un tarro hermético porque no dejan sabor en el café, por lo que no importa cuánto tiempo lo tengas dentro, no se tomará de ningún tipo de sabor extraño. Por otra parte, otros enemigos del café pueden ser el calor y la luz. Esta última es la causante de la oxidación de la bebida estimulante. Los termos suelen ser de metal o de cerámica y por lo tanto, no dejan pasar la luz y conservan la temperatura del café durante más tiempo.

Ventajas e inconvenientes de la opción del frigorífico para el café

Probablemente hemos oído muchas veces que el frigorífico es el mejor lugar para guardar el café hecho, ya que se trata de la solución perfecta para la mayor parte de los alimentos. Sin embargo, el frigorífico no es la mejor opción en el caso del café, ya que se trata de una bebida delicada que, para preservar todas las cualidades, necesita unas condiciones concretas. Una de las mayores amenazas del café es la humedad. Por lo que la nevera no parece ser una buena opción.

Sin embargo, en caso de que necesites guardar el café en la nevera durante un tiempo (1 o 2 semanas), no tendrás problemas siempre y cuando uses un recipiente de metal o de cristal. Así, evitarás que tome el sabor del resto de alimentos y del propio bote. Aunque no es tan relevante, es mejor utilizar un bote opaco, porque protege al café de la luz.

Puede que la mejor opción pueda ser la conservación del café fuera de la nevera. Buscarás un lugar fresco e inaccesible a la luz en estanterías o despensas que permitan conservar tu soluble en buen estado sin necesidad de pasarlo previamente por la refrigeración.

La opción de la congelación

Una forma de almacenar café preparado es congelarlo cuando vayas a guardarlo durante periodos no superiores a dos meses. A partir de ese momento, su sabor, aroma y propiedades se pierden a un ritmo bastante rápido. El procedimiento es bastante sencillo: prepara tu café soluble, arábica o robusta, como lo harías normalmente; llena los espacios de la cubitera; cubre la cubitera con un trapo o cierra la tapa en caso de que tu cubitera tenga; deja que se congelen.

La importancia del tostado reciente del café verde

Con independencia de dónde y cómo conservemos el café hecho, es importante tomar conciencia de que todo está en el origen. De hecho, los granos de café verde conservan durante más tiempo el sabor y el aroma respecto a un grano ya tostado. En Cafés 1984, nuestros cafés arábica y robusta proceden de grano verde, previamente seleccionado, por lo que esta preocupación ya no será necesaria.

Te aseguramos que el café que compras procede de grano recién tostado para poder disfrutar de todas las cualidades que posee, sin necesidad de que te fijes en la fecha de envasado, porque te hacemos llegar a casa productos que tienen la fecha adecuada.

El lugar donde depositas el envase y sus características

La cocina es un sitio que tiende a ser húmedo y donde se lleva a cabo la cocción de las diferentes comidas e incluso el lavado del menaje del hogar provocan que exista humedad en la cocina. Lo mejor, por lo tanto, es guardarlo en un mueble cerrado fresco y seco, siempre en un recipiente hermético al que no de la luz o no deje pasar la luz, similares a los que te ofrecemos en Cafés 1984.

Otra recomendación es conservar el paquete sin abrir hasta el momento del consumo. Los envases opacos de Cafés 1984 de 100 gramos son ideales para un rápido consumo por la menor cantidad que almacenan, inferior a los paquetes tradicionales de 250 o 500 gramos y hasta de 1 kilo. 

Por otra parte, es aconsejable usar paquetes que se ajusten a tu consumo, el de tamaño pequeño para una familia sería lo ideal para no tenerlos abiertos demasiado tiempo.

El envase del café, cuidadosamente cerrado

El problema de la pérdida de aroma se produce, básicamente por la oxidación del café. Es un proceso químico mediante el cual las proteínas del café reaccionan con el oxígeno. Eliminando el aire se consigue eliminar la oxidación del café y, por lo tanto, conservar el café más tiempo y en mejores condiciones.

Los envases de los cafés solubles de 1984 son ideales para combatir la oxidación. Además de proporcionar el hermetismo necesario, su opacidad permite una mejor conservación una vez abiertos.

En el caso de guardar el café en botes herméticos, aún podemos mejorar más la conservación. Cuando el bote de café está lleno, hay muy poco aire que pueda oxidar el café del bote. Sin embargo, cuando el bote está mediado o queda menos de la mitad, la proporción entre el aire y el café hace que se produzcan más reacciones de oxidación dentro del bote. El truco es poner un film transparente de cocina sobre la superficie del café, en contacto con el café y pegado a las paredes interiores del bote.

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