Aunque los expertos en café soluble alaban la calidad del arábica por encima del robusta, no significa que el robusta no tenga cualidades importantes. Las más significativas son su sabor más amargo con aromas amaderados, de cereal, frutos secos o pan tostado; textura más cremosa; grano más redondeado; mayor concentración de cafeína; cultivo por debajo de los 800 metros de altura; no le afectan tanto los cambios climáticos.
La variedad robusta procede de África Occidental. El arbusto, en comparación con el del café arábica, es mucho más resistente lo que, unido a la altura, también facilita su cultivo en una mayor variedad de suelos. Las principales plantaciones se concentran en el occidente y centro de África, el sudeste asiático (Vietnam) y Brasil.
Es evidente que si hablamos de dar una mayor calidad a tu taza de café soluble, normalmente nos referimos al café arábica. Estamos ante un grano gourmet, el tipo de café más producido y más apreciado en todo el mundo y ello, a pesar de las dificultades de su cultivo.
Son muchas las sensaciones que los cafeteros obtienen al degustar un café. Mientras algunos disfrutan del olor, el cuerpo, la acidez o el aroma, otros buscan un buen estimulante, con una adecuada concentración de cafeína, que permita afrontar en buen ánimo las tareas del día a día. Arábica y robusta son las variedades más extendidas en todo el mundo, por lo que, con independencia del mayor precio del primero con respecto al segundo, en la mayor parte de las ocasiones su elección dependerá de un consumo habitual que busca satisfacer necesidades diferentes.
Confía en Cafés 1984