Panna cotta de café en tres pasos

La elección de un buen café está en la base de la elaboración de un postre tan reconocido como la panna cotta de café. Extendido por todo el mundo, este postre hunde sus raíces en la región italiana del Piamonte. Se elabora a partir de leche, azúcar y gelificantes. El olor y el aroma del café juegan un papel fundamental para contribuir a elevar los sentidos de todos los que disfrutan con esta bebida.

Una vez que pruebes este delicioso complemento a un buen menú, la marcarás entre tus mejores deleites para el paladar y contribuirás a cargar las pilas de tu cuerpo con una fantástica fuente de energía.

Si has invitado a amigos a comer en casa, con la panna cotta de café tienes el éxito asegurado. Además, darás a tu mesa un toque de originalidad y distinción a la vez que te aseguras de mantener vivo el ánimo de todos los comensales.

Que no te falte ningún ingrediente

Siempre que nos ponemos a cocinar, hemos de tener la previsión de preparar todo aquello que necesitamos. Aunque seguro que existen muchas variantes para preparar la panna cotta (nata cocida) de café, esta propuesta te va a resultar muy interesante. Necesitarás: nata para cocinar o crema de leche, leche entera, café espresso, hojas de gelatina neutra, azúcar, esencia de vainilla, crema de chocolate y avellanas (estos últimos como elementos decorativos).

Es crucial en la elaboración de este postre haber hecho previamente un café espresso de calidad.

Una fácil preparación

Unas seis láminas de gelatina o grenetina equivalen a una cuchara de gelatina en polvo. Será necesario hidratarlas colocándolas en el fondo de un recipiente con agua a temperatura ambiente. Una vez hidratadas hay que escurrilas apretándolas con la mano. Ponlas en otro recipiente con agua templada y diluye en el microondas o al baño María.

Habrás tenido la previsión de engrasar los moldes, donde vayas a poner el postre, con un poco de aceite al objeto de que sean más fáciles de desmoldar cuando los vayas a servir.

En una olla, se vierten la nata, la leche, el azúcar, el café y la esencia de vainilla, procurando remover todos los ingredientes a fin de que la integración sea la más perfecta posible. Todo se calienta a fuego lento o a baja temperatura y se retira una vez que empieza a hervir.

A continuación, incorporas a la mezcla del café las hojas de gelatina ya diluidas. Luego, será el momento de enmoldar en cada uno de los recipientes previamente engrasados. De ahí, a la nevera durante al menos 3 horas. 

La importancia de acompañar con una buena salsa de chocolate

Antes de servir y después de haber sacado los moldes de la nevera, llega el momento de decorar. Puedes agregar un poco de salsa de chocolate o las avellanas que te hemos propuesto. En cualquier caso, puedes elegir el ingrediente que más te guste para colocarlo encima de la panna cotta de café.

Si te has decidido por hacer tú mismo la salsa casera de chocolate, puedes usar la siguiente receta: añade la leche o nata en un cazo y ponla a calentar. Justo antes de que empiece a hervir añade el chocolate junto con el café en polvo.

A continuación, deja reposar unos minutos y luego remueve hasta integrar los ingredientes, añade el edulcorante y bate de nuevo. Deja reposar un poco hasta que esté tibio.

Postre italiano con origen francés

Proviene de la receta francesa del fromage bavarois codificada en el siglo 18 por Marie-Antoine Carême​. En la versión francesa, una parte de la nata se monta en chantilly antes de agregar la gelatina.

No está claro cuándo nació este postre italiano. Parece que en un libro de cocina del Piamonte datado en el siglo XVIII hay una receta de un pudin similar, llamada crema blanca natural. En esa receta se usaba cuajo en lugar de gelatina.

La variante de la Panna cotta de café bombón

La Panna cotta de café bombón es una combinación de un dulce tradicional italiano, la panna cotta, y una receta de café espresso con leche condensada nacida en las tierras alicantinas. Se ha popularizado hasta tal punto que hoy se conoce con otros nombres, como café biberón o café goloso, y se sirve en vaso de cristal para poder advertir los distintos colores de esta bebida reconfortante.

Se trata de seguir los pasos de la panna cotta de café normal y realizar la mezcla de los ingredientes anteriores, sustituyendo la leche entera por leche condensada en agua. Otra variante es la forma de añadir el café en este caso.

Si deseas un toque sofisticado, puedes añadirle al café un chorrito de coñac, que le quedará estupendo. Tendrás que verter el café muy lentamente, de forma que el líquido y la leche condensada no se mezclen, y dejar así la diferencia entre ambos visible. Para resaltar esta característica a nivel estético será necesario utilizar recipientes de cristal. Si te gusta una consistencia más firme, puedes añadir una hoja más de gelatina a la mezcla de leche condensada.

La hagas como la hagas, la panna cotta de café es un estímulo para el gusto y la vista. Acertarás si eliges este postre italiano cuando invites a los amigos a comer en casa. Deberás cuidar la elección de un buen café y que el espresso se haga como indican los cánones gastronómicos.

 

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